viernes, 9 de marzo de 2012

Cultura del esfuerzo

Hoy ha aparecido en los distintos medios un apologeta del esfuerzo Juan Roig  y entre las frases soporte de su apología vislumbra las soluciones a la crisis "..cada vez hay más bazares chinos porque hacen la cultura del esfuerzo que nosotros no hacemos..".

Hombre! está bien eso de tener un montón de gente sirviendo en tiendas de Mercadona, bajo la filosofía de la tienda china, basada en una "cultura del esfuerzo" sustentado en horarios ininterrumpidos de atención al público, bajos niveles salariales y, en muchos casos, sin reconocimiento sociales de ningún tipo.

La cultura del esfuerzo que se percibe en los bazares chinos es muy cercana a esa. Filosofía del trabajo que recuerda la era preindustrial en la que había que estar más de 18 horas en un tajo nada agradecido, desde edades muy tempranas y con salarios miserables para lograr llevarse a la boca un poco de sopa con unto y mendrugos de pan.

Hubiera preferido que un tipo que admiro por lo que hace y lo que ha hecho, hubiera señalado la necesidad que tenemos de mejorar la cultura a secas, no solo la del esfuerzo entendido en términos de sobre explotación. Fomentar la lectura, mejorar la educación, conseguir una mayor integración social, apostar por la inversión y el desarrollo y la innovación. Todo ello generando un espíritu de austeridad bien entendida.

Estoy mucho más  de acuerdo con lo que ha señalado Gabilondo en una reflexión que viene al cuento de las manifestaciones del amo de Mercadona.

Es cierto que en los últimos años hemos vivido una época en la que individuos que se dedicaban a la al martillo y al clavo  o a la  paleta y a la pala   pasaron, sin apenas esfuerzo, a representar lo más granado del empresariado español. En el mismo período hay figuras representativas de otro tipo de esfuerzo, creadores de valor y excelentes profesionales en su ramo. Tenemos muchos y buenos empresarios. El reduccionismo negativista al que muchos nos están embarcando me resulta cansino. Reniego de tanto gurú, tanto vocero de la crisis, tanto salvavidad que acierta con plenitud lo que ha pasado y falla estrepitosamente en el porvenir.

El éxito no solo es fruto del esfuerzo. Conozco a muchos y buenos profesionales que se han quedado en el camino pese a su constante inmersión en el esfuerzo por mejorar no solo sus capacidades sino también las de su entorno. Estos son el ejemplo. Pero muchos de estos se han quedado en el camino por diversas y azarosas circustancias. Su esfuerzo ha quedado ahí pero no se ve.


Taleb en su magnífico Cisne Negro   reflexiona sobre el asunto, poniendo el ejemplo de las vivencias de Casanova y su afortunada y azarosa vida. " ...de todos los pintorescos aventureros que han vivido en nuestro planeta, muchos fueron aplastados en algún que otro momento, y unos pocos se recuperaron una y otra vez. Aquellos que sobreviven tenderán a pensar que son indestructibles... Pero si abundan los aventureros que se sienten escogidos por el destino, es porque hay muchísimos aventureros, y porque no nos enteramos de la historia de aquellos  quienes la suerte les fue adversa..."


Pese a ello sigo pensando que Juan Roig es un excelente empresario. De ello  no me cabe duda. Pero no es el único que se esfuerza por mejorar las cosas. En este país hay muchos más que se esfuerzan que los que predican y practican el puro y duro derroche. Casi ninguno cuenta con la ventura como compañera de vida. Pero caen y se levantan continuamente para luchar cada día por mejorar las cosas.

Y es hora de que lo digamos en alto, nos dejemos de zarandajas reduccionistas  y sigamos trabajando.

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