martes, 10 de enero de 2012

Maquina del tiempo

Manuel Rodriguez Zoela Centeno, desde la atalaya de su puesto en la Dirección General Comercial del Banco Sotillo, se encontraba inquieto ante el informe confidencial que le acababan de pasar desde el Área de Tesorería. Arturo Senen, Diretor Financiero del Banco, exponía con claridad que la ausencia de liquidez en los mercados internacionales era absoluta. También trasladaba la fuerte desconfianza que la revisión de rating del Banco estaba provocando entre los principales gestores de fondos que, hasta hace no mucho, compraban sus emisiones de deuda con avidez.

Moody's, Standard&Poor's, Fitch se erigían como los nuevos valedores de la economía mundial. Habían colaborado en el inicio de la actual crisis financiera, al otorgar credibilidad mediante la máxima calificación posible, a los bonos emitidos por los bancos americanos que tenían como subyacente hipotecas de muy dudosa viabilidad, las llamadas hipotecas basura. Hipotecas otorgadas a personas sin ingresos y sin bienes que en la jerga financiera se denominaban ninja(no income no job or assets). Los bancos americanos nadaban en un mar de liquidez que propiciaba esta alegría crediticia. Mar de liquidez que se alimentaba de la lluvia de dólares que la Reserva Federal Americana, dirigida por el entonces idolatrado Alan Greespan, vertía de manera incesante. Hasta que se descubrió que la economía tenía un soporte muy débil. Los activos estaban absolutamente inflados. La burbuja inmobiliaria estalló y uno de los bancos más prestigiosos y con más solera del mundo, Lehman Brother,se fue a pique con una quiebra que haría tambalearse la economía de todo el mundo occidental. La globalización era un hecho.

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